sábado, 18 de abril de 2009

Me hacían falta estas charlas.

Vivir era trabajar, ¿qué otra clase de vida conocen las máquinas?

Y ella afirmaba con insistencia que en una empresa multinacional él puede “crecer”, aspirar a que lo cambien de sector, desarrollarse, y juntar buena plata. Es un pibe, recién recibido, tiene que “hacer carrera”.
Cara de nada. Otra forma de esclavitud.
Y esta es muy buena: No las querían por gordas! “¿Por qué nunca ascenderemos?”, le pregunta una a la otra. Porque los jefes, sedientos de cuerpos esbeltos, de tetas de plástico, de labios de plastilina, no quieren ensuciarse los anteojos.
Qué lindo espejismo!

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