sábado, 8 de septiembre de 2007

Filosofía barata...



Hace unas semanas estaba viendo en la casa de mi novia uno de esos programas en los que cráneos del periodismo deportivo disertan sobre un tema en particular. Esta vez ese tema era la derrota de la Selección contra Noruega, en uno de estos amistosos que para lo único que sirven es para que una figura nefasta y bien argentina pueda deleitarse diciendo que su ferretería funciona muy bien. No entiendo bien, porque en mi barrio (y eso que vivo en un barrio donde todavía el kiosquero es el gallego Manolo y Pocho el almacenero) no hay ferreterías. No importa (o sí, en realidad no viene al caso), me fui un poco por las ramas. La cuestión es que estos dos popes discutían si la Selección funcionaba mejor con o sin enganche, como debía formar el plantel el director técnico, entre otros temas, pero siempre, obviamente, tratando de no herir los sentimientos del amigo de ambos, Juan Román Riquelme. En el medio de la discusión leyeron mails con la opinión de los televidentes. Uno de ellos se manifestaba en contra de la opinión del más viejo de los periodistas. La réplica del cronista de Clarín fue muy clara: “¿Pero éste quién es?, ¿de dónde salió?.No puede opinar. Por eso está en la casa y yo estoy acá”, desacreditando el punto de vista del hincha. En ese momento me indigné. ¿Se puede ser tan intolerante como para no aceptar otra opinión?. ¿Cómo el medio puede brindarle tanto respeto a un tipo que porque no están de acuerdo con él gruñe como un ogro?. Quizás algunos de sus alumnos en la escuela de periodismo deportivo deban recordarle que ante todo el fútbol no es una ciencia sino una pasión popular y como tal cualquiera puede opinar. De eso se trata y por eso el fútbol es tan lindo. Por la charla de bar: el café, las minas y el fútbol. Filosofía de la que el mismo se jacta de conocer a destajo.
Lo cierto es que ninguno de los dos realizó una crítica periodística sino que, como siempre, trataron de no hacer enojar a sus amigos futbolistas y técnicos, y agrediendo aún más a una profesión cuyo máximo exponente se llama Juan Pablo “Lugar común” Varsky.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ahh! ahora entendí todooo!


qué es estoooo?


buehh, besossss!